A cerca del establecimiento del “Mes para proteger toda la vida”

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Mensaje del presidente de la Conferencia Episcopal de Japón. Monseñor Joseph Mitsuaki Takami con motivo del es […]

Mensaje del presidente de la Conferencia Episcopal de Japón.
Monseñor Joseph Mitsuaki Takami
con motivo del establecimiento del mes de Septiembre como el
“Mes dedicado a proteger toda la vida.”

Introducción:
En respuesta a la visita del Papa Francisco a nuestro país, nosotros, los obispos de Japón, hemos designado del 1 de septiembre al 4 de octubre de cada año como “un mes para proteger toda vida” y hemos decidido comenzar desde este año 2020.
En este año precisamente, se conmemora el quinto aniversario de la Encíclica “Laudato Si”, el Papa Francisco estableció del 16 al 24 de mayo como “La Semana Laudato Si” diciendo que “el grito de la tierra y los pobres no puede esperar más “, repitiendo su llamamiento urgente para enfrentar la actual crisis ambiental.
Actualmente en todo el mundo, todos estamos luchando para “proteger toda la vida” a fin de prevenir el contagio del nuevo Coronavirus (COVID19). En este primer “Mes para proteger toda vida”, cada individuo continuará sus esfuerzos para prevenir contagios y, al mismo tiempo, deseo que aquellos que se encuentran en dificultades económicas y emocionales debido a que las actividades sociales se han restringido, reciban el apoyo necesario, así como también que pueda desarrollarse una campaña para la protección del medio ambiente en la medida de lo posible. De antemano agradezco a todos su colaboración.

9 de mayo de 2020
Joseph Mitsuaki Takami

I.Objetivo y finalidad.
Para responder al mensaje enviado por el Papa Francisco durante su visita a Japón, los obispos hemos decidido dedicar más de un mes, del 1 de septiembre al 4 de octubre de cada año como “un mes para proteger toda vida”. 1
No hace falta decir que cambiar los estilos de vida y los comportamientos diarios son importantes para proteger toda la vida, pero especialmente durante este mes, invitamos a toda la iglesia en Japón ha tomar conciencia de proteger la vida en todas sus formas. Deseamos que en cada comunidad local se profundice y trabaje, especialmente los jóvenes, para tomar acciones concretas.2
Como afirmó el Papa Francisco en su Encíclica “Laudart Si” (24 de mayo de 2015), debemos relacionar las cuestiones ambientales con las cuestiones sociales, económicas, de derechos humanos, etc. y comprenderlas desde una perspectiva ecológica integral. Al no hacerlo, desde mediados del siglo XX el entorno natural de la tierra ha empeorado más. La humanidad enfrenta varios problemas como el calentamiento global, el cambio climático, la crisis de los recursos hidráuicos, el problema de los alimentos, así como el problema de la población y la pobreza, la deforestación, la desertificación, el problema de la energía, el problema de la basura y la crisis de la biodiversidad.
Además, se señala que la mayoría de estos problemas son el resultado de la actividad humana, así como diversos tipos de industrias y en general la vida en sí de las personas. Por tanto, debemos recuperar el entorno deteriorado con nuestras propias manos. Los expertos advierten que será irreversible el desastre si no se toman las medidas adecuadas ahora mismo.
Por lo tanto, como enfatiza el Papa Francisco en esta Encíclica, en primer lugar, es absolutamente necesaria una conversión ecológica, tanto para los individuos como para las comunidades. Es decir, “reconocer el mundo como un don recibido del amor del Padre” y con ese mismo amor somos alimentados junto con todo el universo, “formando una maravillosa comunión universal”(220). Reconocer que hemos dañado la creación que pertenece a Dios con nuestros actos y negligencia (218, mensaje de los obispos de Australia), es necesario atrevernos a considerar los problemas ambientales como problemas que afectan nuestro propio sufrimiento personal. Necesitamos buscar realmente qué podemos hacer al respecto (19). De esta manera, “damos testimonio de que el encuentro con Jesucristo necesariamente se refleja en la relación con el mundo que nos rodea” (217).

Ⅱ. Período:
Se celebrará a partir de septiembre de 2020. Del 1 de septiembre al 4 de octubre (fiesta de San Francisco de Asís)

Ⅲ. Esfuerzos específicos:

  1. El primer domingo de septiembre de cada año (Día Mundial de Oración por el cuidado de la Creación), rezaremos juntos en todo el país y realizaremos acciones concretas en cada comunidad.
  2. Durante este mes, nos uniremos en oración ofreciendo la “oración para proteger toda vida” (aprobada por la Conferencia Episcopal de Japón el 8 de mayo de 2020).
  3. Conocer la condición actual del Medio Ambiente a nivel global y promover la educación ecológica.
  4. Trabajar en cooperación con el gobierno central, los gobiernos locales, grupos de protección ambiental, etc.
    Con respecto a lo anterior, algunos ejemplos de acciones y actividades necesarias podrían ser:

    1. Reducción del consumo de recursos y desperdicio (agua, electricidad, alimentos, etc.)
    2. Tratar de no utilizar o reducir el uso de contaminantes ambientales como detergentes y productos plásticos que contienen sustancias químicas dañinas.
    3. Actividades de limpieza y acondicionamiento del entorno (recoger basura, limpiar los lugares comunes como playas, las montañas, los terrenos valdíos, calles, etc.)

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